Los ataques orcos habían incrementado su frecuencia y ferocidad. A raíz del rescate de Sir Ragnar se mostraban más belicosos y atrevidos, incursionando muy lejos de las fronteras. Los rumores apuntaban a que su nuevo caudillo, un enorme orco llamado Ulag, espoleaba a sus huestes en busca de objetivos más ambiciosos.
El Príncipe Magnus encargó al bárbaro y al elfo que aún se encontraban hospedados en su castillo hallar al caudillo y acabar con él. Su plan era muy sencillo: decapitar a la serpiente.
INFORME DE BATALLALa guarida de los orcos fue fácil de localizar. Solamente hubo que seguir el rastro de desperdicios, trozos de cadáveres y hierba aplastada bajo botas de hierro. Los aventureros sorprendieron a los centinelas goblins mientras comían y entraron en la guarida del rey orco sin ser detectados.
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| Los aventureros sorprenden a los centinelas... |
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| que no pueden dar la alarma. |
Los aventureros revisan las estancias y encuentran varios tesoros.
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| Qhorin mediamano vigila la jugada |
En la armería el combate contra los orcos y una abominación es encarnizado y los aventureros aunque vencen sufren múltiples heridas.
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| El combate en la armería es feroz |
Cuando el peligro parecía haber pasado un orco errante emergió en la armería y acabó con el desafortunado bárbaro.
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| Monstruo errante y fin del bárbaro |
El elfo siguió con su misión de eliminación en solitario. Fue enfrentándose a la guardia personal de Ulag (sufriendo heridas en el camino) hasta llegar al rey orco.
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| El elfo acaba con la guardia de Ulag... |
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| hasta alcanzar al rey orco. |
En un combate cerrado el pielverde se mostró demasiado poderoso. El elfo es un superviviente nato y estando al borde de la muerte se las arregló mediante un par de hechizos para escapar y poner tierra de por medio.
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| Basándose en su saber mágico... |
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| el elfo escapa de Ulag (19 casillas) |
Nuestro elfo
volvió a escapar de la mazmorra de manera apurada. Lo hizo con un botín cuantioso y unas cuantas cicatrices. Las capacidades de este elfo están por encima de lo esperado.
EPÍLOGOUlag estaba recostado en su nueva cueva. Tras el ataque a su guarida y la muerte de su guardia personal su horda se había vuelto incontrolable. La mayoría de orcos y goblins se habían dispersado, huyendo con lo que habían podido robar. Ni siquiera el hecho de haber aporreado unas cuantas cabezas había detenido el final de su ejército.
Los pocos guerreros intimidados para seguir de su lado habían caído cuando trataron de salir de la antigua mazmorra con su reducido tesoro a manos de abominaciones del pozo y antiguas momias. Solo, herido y con un pequeño cofre a hombros había llegado hasta su nueva cueva.
- ¡Ké máz da!- pensó mientras se escarbaba en los dientes con un hueso que había encontrado en el suelo- Puedo encontrar máz chicoz.
Una sombra cruzó el umbral de la cueva y maldijo en un idioma arcano.
- Maldito orejaz pikudaz... ¿Haz vuelto para morir?- Siseó desenfundando su cimitarra.
Los guerreros entablaron combate de nuevo. Esta vez el elfo no estaba herido ni fatigado. Sus reflejos sobrehumanos sobrepasaron al orco hasta hundir la daga en el corazón del pielverde.
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| El elfo vuelve a encontrar a Ulag... |
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| para acabar la tarea asignada. |
- Vaya con el viejo y avaricioso Ulag...- susurró el elfo mientras limpiaba la sangre verde de la daga en los ropajes del muerto. - Siempre parece guardarse una sorpresa- Cuando se dirigió hacia el cofre del orco activó sin darse cuenta el mecanismo de una trampa.
Tras un crujido las estacas afiladas emergieron del suelo.
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| El último truco de Ulag |
VALORACIÓN
El pobre Ulag no pudo atrapar al elfo cuando lo tenía muy debilitado y el orejas picudas volvió para acabar con él. Así se proclama como uno de los aventureros más despiadados que existe: abandonó a sus compañeros, asesinó a la gárgola, rescató al granjero y a Sir Ragnar, escapó de la guarida del Rey Orco y más tarde volvió para asesinarlo. Menudo pájaro.
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