martes, 1 de agosto de 2023

CAMINO A LA GLORIA (Y WARBACOA)

Todos los veranos quedamos un día para abrasarnos a jugar (y a beber) y después nos juntamos con las familias para hacer una barbacoa o ir a las fiestas patronales. A veces jugamos partidas apocalípticasmacropartida de ASOIAF o como en esta ocasión un gran torneo de Warhammer Underworlds.

TRASFONDO

Los Dioses del Caos practican un eterno juego incomprensible para los mortales. Sus continuas alianzas y traiciones mantienen un equilibrio de poder donde ninguno sobresale en demasía por encima de sus rivales. Son las acciones de sus seguidores las que hacen ascender o decaer el poder de sus deidades, tarea a la que los fieles se entregan en cuerpo y alma (literalmente).

En las sagas y leyendas de los pueblos del norte aparecen de manera recurrente los relatos de los enfrentamientos de los dioses representados por sus paladines como la Balada de Tar’Karach.

En esta ocasión cada uno de los dioses escogió uno de sus paladines junto a sus esbirros más peligrosos y los condujo a una ancestral y olvidada ciudad maldita.

Los dioses deben estar locos

Khorne, tomando la forma de un enorme y rojo mastín del Caos, condujo a una tribu de hombres bestia desde los bosques hasta la ciudad. Escogió a aquellos guerreros salvajes que anhelaban la destrucción por encima de su propia existencia.

Slaanesh, envolviéndolos en brumas narcóticas, teletransportó desde un serrallo a sus más sofisticados fieles, inigualables tanto en malevolencia como en destreza marcial y depravación. 

Nurgle eligió una triada de luchadores abotargados y malditos. Tres enormes masas acorazadas que fueron tragadas por un enorme gusano de plaga y regurgitadas indemnes en medio de la ciudad.

Y Tzeench, el más artero de todos los dioses, envío a uno de los invocadores de la Torre Plateada. Un cíclope hechicero, mitad hombre mitad pájaro, que podía ver a través de las paredes espejadas de la ciudad maldita.

TORNEO

Los seguidores de Slaanesh se encontraron con los de Nurgle y entablaron un combate frontal. Los ardides oportunistas de los slaaneshi y el poder de su Slaangor decantaron la victoria hacia el lado del Príncipe Oscuro.

El combate es muy sangriento
Slaanesh se impone a Nurgle

Los gors y ungors de Khorne sorprendieron al Invocador y sus esbirros de Tzeench arrollándolos en una carga salvaje.

Los hombres bestia avanzan por la ciudad
Khorne se impone a Tzeench

El propio Khorne maldijo al hechicero rival provocando que quedara fuera de combate mediante una disfunción mágica cuando le quedaba una última herida. Fue una partida descafeinada porque Khorne estaba imparable y Tzeench gafado. La diosa fortuna es veleidosa.

Peligros de la disformidad

Los hombres bestia, cegados por su ansia asesina, siguieron a la carga hasta encontrarse con los servidores de Nurgle. En un combate cerrado y sangriento derribaron a los putrefactos Guerreros y los aplastaron bajo sus cascos.

Khorne se impone a Nurgle

Los Despojos de Gusano, a quien el Padre Nurgle parecía haber retirado su favor, desaparecieron de la Ciudad Espejada para no volver a ser vistos.

El hechicero cíclope invocó una serie de horrores y atacó a la Función Pavorosa. Los Slaaneshi salieron de su complaciente sopor, aprestaron las armas para presentar batalla y conseguir remontar un resultado que  comenzó siendo adverso.

El hechicero ataca a la Función Pavorosa...
que reacciona a tiempo para que Slaanesh se imponga a Tzeench

EL COMBATE FINAL

Slaanesh y Khorne (y los susurros disformes del propio Tzeench) habían despachado a los guerreros de plaga y desterrado a Nurgle de la ciudad. Un último combate a tres bandas dirimiría qué Dios del Caos se haría con la victoria y se encumbraría por encima del resto del panteón.

Una tribu de hombres bestia de Khorne
Los acólitos de Tzeench
El culto al placer de Slaanesh
En un encuentro muy táctico los paladines sacaron la calculadora y cada golpe fue preciso, calculado y letal.
La partida está muy apretada

En un apretadísimo recuento el marcador final se inclinó por una sola moneda a favor de Khorne.

Khorne se impone por la mínima

EPÍLOGO

En el instante en el que la cultista de Tzeench cayó baja el hacha del beligor Draknar, el Príncipe Oscuro supo que Khorne le había superado. Tomó la forma de una enorme gárgola y sacó a Vasillac volando de la Ciudad Espejada. El Hedonita era uno de sus paladines favoritos (incluso habían yacido juntos) y no pensaba darle el placer a los seguidores de Khorne de despedazarlo.

La aparición de la deidad para rescatar a su elegido era una innegable prueba de la derrota. Mientras sus demonios invocados explotaban ante la presencia de un dios rival el hechicero cíclope abrió un portal y saltó a una dimensión de otro reino mortal. No podía volver a la Torre de Plata con las manos vacías. Debía de encontrar algo que le permitiera tramar nuevos planes antes que el castigo de sus maestros le alcanzase.

Solos sobre un montón de tesoros se encontraban los hombres bestia. Comenzaron a apilar los despojo de batalla, los objeto de valor, los artefactos mágicos y los cráneos de los enemigos hasta conseguir la forma de un rústico y feral trono ensangrentado.

Khorne (tomando la forma de un guerrero llameante) se sentó en aquel trono disfrutando de la victoria mientras los hombres bestia caían postrados de rodillas. Una carcajada del Dios reventó todos los cristales de la ciudad espejada y tuvo eco psiónico en el resto de reinos mortales. Así dio comienzo lo que sería conocido como el Año del Hacha.

MVP DEL TORNEO

No cabe duda que Sepsimus, Vortemis con Guarda Arcana, Semblanta Aterrador y Pozo de Poder, el Slaangor o Vasillac estuvieron formidables. Sin embargo el galardón se lo lleva: Draknar, mister 37, el beligor de la banda de hombres bestia. Sobrevivió a las tres partidas y acabó con K’charik, el horror azul y las llamitas, Fécula, Ghulgoch y Sepsimus, Hadzu y Narvia.

¡Sangre para el dios de la sangre!

VALORACIÓN 

Este juego nunca defrauda. Hacía mucho que no jugábamos y aprovechamos para rehacer mazos y sacar muchas cartas nuevas (o viejas pero que dormían el sueño de los justos) así que nos dimos muchas sorpresas. Es un juegazo como a mi me gusta: fácil de comprender pero difícil de dominar, con mucha decisión preactiva, activa y postactiva pero con épica y con miniaturones. Uno de mis favoritos. 

Con esta jornada maratoniana aprovechó para cubrir dos objetivos de juego más, aunque espero jugar otro poquito a Warhammer Underworlds siempre que pueda.

Agradezco DE CORAZÓN a todas las personas que vinieron a jugar o a la barbacoa el maravilloso día que me hicieron pasar.

Suerte con los dados

8 comentarios:

  1. Buenas. Me han encantado los relatos, gracias por publicar y compartirlos. Un saludo

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  2. Bienvenido/a!
    Muchas gracias. Me alegro que te hayan gustado.
    Fue un día del copón.
    Un saludo

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  3. Nunca me cansaré de comentarlo, que entradas más curradas. Un saludo, me alegra leerte de nuevo ;-).

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    1. Muchísimas gracias!
      Ya sabes que aquí siempre tratamos de contar una historia.
      Empiezo a recuperar el ritmo!!!!
      Un abrazo

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  4. Cambiar el tanque de bacta por el tanque de cerveza fría suele sentar bastante mejor XD. Me alegro de volver a leerte. Espero que ahora sea más a menudo. Mucho ánimo.
    Un abrazo.

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    1. Muchísimo mejor!!! Donde va a parar....
      Gracias! Poco a poco volveremos a estar arriba y este pequeño blog resurge.
      Un abrazo

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  5. ¡Muchas gracias por la cita! Efectivamente pasasteis un día digno de una balada... y me alegra enormemente que fuera el campeón de Khorne el que se alzara vencedor. Sangre para el dios de la sangre. Así es como debe ser.

    El Año del Hacha eh... un buen año, sin duda.

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    1. Gracias!
      Jajajaja!!! Me gustó mucho aquella entrada. Y me parecía que enlazar una con otra de alguna manera le daba consistencia a lo narrativo.
      El Año del Hacha aún es un proyecto, pero pienso sacarle jugo al concepto.
      Un abrazo y felices vacaciones

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