sábado, 27 de marzo de 2021

SILVER TOWER (II): EL REINO DE CHAMON

El Cristal de Ghyran había traído al Rey Tumulario hasta aquí arrastrando con él a una hechicera del reino de la vida. Este era un reino de desiertos de hierro, montañas de bronce y mares de plata donde los enemigos parecían especialmente bien armados. Blandían armas de una ornamentación exquisita, vestían bruñidas armaduras y portaban faltriqueras repletas de monedas.

Tras batallar con una oleada de estos temibles adversarios los héroes llegaron a una cámara totalmente esférica con paredes de metal líquido. Un único puente estrecho de filigrana de cobre recorría la cámara hasta llegar a un portal hecho de oro. 

A su espalda el ruido de una horda acorazada que golpeaba sus armas contra los escudos amenazaba con un combate en desventaja que auguraba una muerte segura.

Ante esta situación los héroes cruzaron el puente y se lanzaron a través del portal sumergiéndose en lo desconocido.

 

Los campeones reaparecieron en una cámara mortuoria repleta de tesoros.

Cuando la hechicera del viento de ghyran se adentró en la cámara y recogió uno de los tesoros se activó un arcano mecanismo que devolvió a la vida a un héroe de otros tiempos. Clamando venganza contra quien interrumpía su descanso eterno el resucitado guerrero atacó a la hechicera matándola al instante.

Cuando llegan a la cámara mortuoria...
el hechicero trata de saquear un tesoro...
pero su antiguo ocupante acaba con él.

Tras consumar su venganza el antiguo guerrero se trasmutó en polvo y volvió a su sarcófago.

 

En vista de lo sucedido el Rey Tumulario cruzó la cámara mortuoria sin tocar ningún tesoro y avanzó en solitario por un pasillo de placas cambiantes donde abatió a un sabueso infernal.

El Rey Tumulario derrota al sabueso infernal

El aullido del cánido al morir atrajo la atención de más enemigos. Sujeto a una traílla otro sabueso respondió a la llamada y guió a varios guerreros a través de la intersección de cristal hasta el Rey Tumulario.

Otro sabueso infernal percibe el aullido y...
conduce a los enemigos hasta el Rey Tumulario.
La brutalidad del combate es tal que atrae a los demonios hacia la matanza. Superado en número y herido el Rey Tumulario sucumbe en el reino del metal.
El Rey Tumulario es derrotado y destruido.

Con un fuerte destello el cristal de ghyran hace aparecer a dos nuevos héroes en la cámara. Un chamán del rebaño y un campeón de los dioses oscuros se lanzan a la carga contra los guerreros blindados.

Dos nuevos campeones se unen a la refriega

La magia del cristal ha sido como un faro en la niebla y dos poderosos paladines caídos llegan a la intersección de cristal para unirse a la refriega. Su empuje obliga a los campeones a retroceder a la cámara anterior y finalmente allí, ensangrentados y acorralados, encuentran su final.

Dos paladines caídos aparecen en la sala...
obligan a retroceder a los campeones...
y finalmente acaban con ellos.

Pero los dioses del caos son veleidosos y la vida de sus servidores no significa nada para ellos. Utilizando el alma de su campeón asesinado invocan a otro afamado elegido del caos a quien se le conoce como el Reclamacabezas. En el infinito juego de los dioses un movimiento requiere otro y es el propio Sigmar, sabedor de la importancia de rescatar el cristal de chamon, quien envía a uno de sus lord celestant cabalgando un rayo. Los dos nuevos campeones se disponen a triunfar donde otros fracasaron.

Un nuevo campeón del caos y un Stormcast...
son enviados y demuestran su poder.

Habiendo probado que son dignos de la confianza que en ellos fue depositada continuaron por las galerías hasta llegar a la sala del alquimista donde se enfrentaron a más guerreros blindados antes de hacerse con pociones, gemas y objetos construidos con extraños metales.

Los campeones se abren un sangriento camino.

Cuando llegaron a la Cacería Intensa el Reclamacabezas absorbió el poder del Ojo de Phoros para aniquilar a todos los enemigos. 

El Reclamacabezas usa el Ojo de Phoros

De esta manera el elegido del caos y el Lord Celestant llegaron a la cámara final: un pozo de lucha plagado de campeones del caos fuertemente acorazados que dejaron de combatir entre ellos para volverse contra los intrusos.

Aunque el pozo de lucha esté atestado...
los campeones demuestran ser los mejores.

Tras derrotar de los enemigos finales gracias a sus habilidades y objetos mágicos los campeones se hicieron con el fragmento de cristal de chamon.

Los héroes consiguen finalmente el cristal.

Una rielante luz azul envolvió al stormcast eternal llevándoselo lejos del reino del metal. Los rayos de la teleportación cegaron al Reclamacabezas que quedó perplejo al ver como el campeón de Sigmar se desvanecía y con él se esfumaba la posibilidad de engrosar su colección de sangrientas victorias. Conteniendo su ira aferró el fragmento de chamon.

El cristal se convirtió en metal líquido que comenzó a recubrir su mano, su brazo y paulatinamente el resto de su cuerpo. Presa del pánico el Reclamacabezas trató de soltar el fragmento y manoteó y se debatió para sacudirse el metal que recubría su cuerpo, lo inmovilizaba y oprimía su pecho hasta asfixiarlo.

Con un macabro estertor el viscoso metal cubrió el rostro del elegido del caos convirtiéndolo en una estatua que conservaba un retorcido gesto de dolor. Cuando la sustancia se solidificó cambió rápidamente de color hasta volverse de oro. Con un último fulgor alquímico la estatua estalló sin dejar rastro ni del fragmento de chamon ni de su último portador.

 

VALORACIÓN

Si bien en el reino de la vida la travesía por las cámaras había sido plácida y plagada de aliados en el reino del metal la Torre Plateada mostró su peor cara. Continuos encuentros y trampas condenaron a cuatro campeones hasta que la suerte (porque los campeones se sacan al azar) nos permitió disponer de dos campeones muy poderosos.

 

Y es así. Hay campeones mejores y campeones peores. Las acciones de unos (o las habilidades que permiten más acciones como la capa de Lord Celestant) empequeñecen a otros héroes. De hecho el chamán del rebaño apareció en el momento más crítico y desde el minuto 1 el cuerpo le pedía tierra (y eso que se libró a 6+ de varias heridas). Pero en la Torre Plateada a los culoduros que lloran porque el juego no está balanceado y por eso pierdo una partida con moñeguitos y mi vida se desmorona se los comen los tzaangors así que no pasa nada.

 

Y a esta aventura hay que sumar que es posible que YO sea el peor aventurero del mundo. En mi primera acción me palmó Ylthari y en todos los encuentros y sucesos inesperados, algunos programados por el juego y otros provocados por mis tiradas de destino, saqué las mayores desgracias posibles. Pido públicamente perdón a Toño y prometo ser mejor en la próxima (que básicamente se reduce a que mi personaje no muera en una trampa en el primer movimiento).

Suerte con los dados

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