Anexo informativo inquisitorial 1: planetas del Sistema Chromyd
Anexo informativo inquisitorial 2: séquito y agentes
Mensaje enviado por: Adepto logista Aurden Kophis///Destinatario: Alto Inquisidor Phebosquart///Nivel de Encriptado: Bermellón
Respetado maestro, me dirijo a usted para transmitir el informe de los acólitos en su última misión.
En el mundo colmena Descenso de Dyroch un lote de comida ha envenenado a 157 trabajadores del manufactorum L691 ALPHA.
Se ha seleccionado a los dos agentes bajo su mando que más han comido en el último ciclo solar para investigar este caso.
CAPÍTULO 5: LA REFULGENTE
Los agentes son convocados a bordo del acorazado Dumazedier, donde son presentados y reciben la comunicación de ser el próximo equipo de investigación inquisitorial.
Se trata de Snag Vrego (agente I), un bárbaro del mundo muerto de Sabhira con un animal totémico, y de Apollus Brenden (agente II), un tecnosacerdote de los artefactores de Masseda Ultis con un ciber mastín.
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Bárbaro y tecnosacerdote con bestias |
Son llevados a la Refulgente, instalación inquisitorial sobre el mundo colmena, para reunirse con su señoría y tomar notas del fenómeno del cielo y los cristales dyrochianos y de la misión:
- 156 trabajadores envenenados en un manufactorum por comida en mal estado.
- Ese manufactorum recibe vituallas cárnicas importadas de Vastrapol y vituallas vegetales importadas de Torthusa.
Parten hacia el planeta en una lanzadera arvus donde entablaron relación con su escolta de fusileros de Dyroch. Gracias a las credenciales inquisitoriales reclutaron a uno de los guardias imperiales (Ibrhan Jamethon, soldado dyrochiano I) como guía local.
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Los agentes reclutan a un soldado |
CAPITULO 6: LA FÁBRICA RACIONES CÁRNICAS
La pandillera (Jelenia, pandillera I) que vigilaba el acceso a la fabrica de raciones cárnicas dejó pasar a los agentes en cuanto mostraron su sello inquisitorial.
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La pandillera deja pasar a los agentes |
Los agentes acceden al interior donde se hierven los cuerpos enteros de los grandes herbívoros traídos desde Vastrapol, enlatando las famosas raciones de sopa de hipopótamo. Ambos agentes prueban la sopa (que no está envenenada pero sabe a rayos).
Un desafortunado cruce de palabras lleva a los acólitos inquisitoriales a un malentendido violento, donde el bárbaro (agente I) y un tecnobárbaro local (Crawhaw, matón I) se dirimen la razón con un concurso de bofetadas.
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Bárbaro contra tecnobárbaro... |
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en un concurso de bofetadas. |
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El bárbaro queda knockout |
El espectáculo, la victoria local y un soborno de Apollus Brenden (agente II) consiguen abrir paso a la investigación y obtener los registros de entrega de la fábrica cárnica.
Los acólitos abandonan la instalación con las pruebas, algunas latas de sopa de hipopótamo y el cuerpo inconsciente de Snag Vrego.
CAPÍTULO 7: EL MANUFACTÓRUM L-691 ALPHA
Los agentes llegan al manufactórum donde se produjeron los envenenamientos. De nuevo la pandillera (Sablanke, pandillera II) que vigila el acceso se hace a un lado cuando muestran sus credenciales inquisitoriales.
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La pandillera deja el paso libre |
Los acólitos se adentran en una inmensa factoría donde cientos de trabajadores se afanan para cumplir los cupos de producción en puestos donde la precariedad laboral, la extenuación y la iluminación morada de los cristales dyrochyanos recrean una imagen de pesadilla.
En un departamento se reúnen con la líder de la banda (Ehlia Easter, líder I) que controla este manufactorum. Aunque parece una luchadora letal está claramente sobrepasada por la situación. Una buena utilización de las habilidades sociales abre una vía de comunicación donde los agentes obtienen los siguientes datos.
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Los acólitos se entrevistan con la líder |
- Los registros traídos de la fábrica cárnica son ciertos, el día del envenenamiento no se sirvió sopa de hipopótamo. Los trabajadores les dijeron la verdad.
- Los trabajadores no murieron por el veneno. Al probar las raciones de ese día enloquecieron y se lanzaron sobre sus compañeros tratando de comérselos. Hubo que acabar con ellos con balas y cuchillos para detener la masacre.
- Todos los trabajadores envenenados murieron. También otros trabajadores que fueron devorados por sus enloquecidos compañeros. El número de bajas es cierto.
Para corroborar la historia de la líder se entrevistaron a varios trabajadores supervivientes que mostraron las cicatrices y dieron fe de la veracidad del relato.
- Esa jornada se sirvieron raciones de crema de calabaza.
CAPÍTULO 8: LA FACTORÍA DE COMIDA VEGETAL DE TORTHUSA
Cuando los agentes llegaron a la factoría de comida vegetal, la líder (Aliz Crostea, líder II) al mando de ese territorio y dos pandilleras (Lyma, pandillera III, y Jessu, pandillera IV) estaban guardando la puerta. El rumor de unos inquisidores ultramundanos metiendo las narices en el asunto de los trabajadores muertos había corrido como la pólvora por los niveles de la ciudad colmena.
La recepción fue muy hostil pero una conjugación de habilidades sociales, intimidación y promesas consiguieron que se abrieran las puertas y que accedieran al interior acompañados por una pandillera (Lyma, pandillera III).
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La banda les cierra el paso con hostilidad |
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El saber hacer consigue que se abran las puertas |
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Entran a la factoría con una pandillera |
En el interior son recibidos por el supervisor Haden Bontz (técnico I) que se muestra partidario de colaborar y les da a probar la crema de calabaza en lata. Solo Lyma (pandillera III) lo hace obligada por los agentes. La comida no está envenenada.
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El supervisor recibe al grupo |
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La comida no está envenenada |
Despiden a la pandillera y acompañan al supervisor (técnico I) a la sala de control donde pueden consultar los datos. Jamethon (soldado dyrochiano I) espera afuera vigilando la puerta.
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Los agentes entran a la sala de control |
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El soldado vigila la puerta afuera |
Unas fantásticas tiradas de investigación informática por parte de Apollus Brenden (agente II) consiguen desbloquear la encriptación sacando a la luz que el supervisor que suministró la comida envenenada fue el propio Haden Bontz (técnico I)... ¡Es una trampa!
Se desata el caos en la sala de control. Apollus Brenden (agente II), nacido en el vacío, es el primero en desenfundar el arma y hiere de gravedad al supervisor. Este consigue escapar de la sala y trata de salir huyendo pero Jamethon (soldado dyrochiano I) apostado en la puerta lo cose literalmente a tiros por la espalda.
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¡Es una trampa! |
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El supervisor trata de escapar pero... |
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el soldado lo ametralla por la espalda. |
CAPÍTULO 9: ESCAPAR DE LA TRAMPA
Los enemigos del Imperio sabían que la Inquisición les había encontrado y querían acabar con los investigadores como hicieron en Masseda Ultis. Los agentes deben escapar de la factoría purgando a unos cuantos impíos por el camino.
El cibermastín (bestia I) es el primero en salir y recibe el daño de un enemigo (cultista I) que aguardaba entre las sombras. El soldado dyrochiano devuelve el fuego y acaba con el tirador enemigo.
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Un tirador oculto dispara al cibermastín |
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Snag Vrego acaba con un rival (cultista II) |
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Los perros devoran a otro (cultista III) |
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invoca el alma del muerto... |
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para lanzarla sobre sus enemigos |
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El soldado abate al cultista |
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El bárbaro acude al rescate |
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Un nuevo cultista surge de las sombras |
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El ritual crea otro espectro que entra en combate |
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El arma de fusión carboniza al cultista |
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El soldado venga al bárbaro |
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Cadáveres mitad hombre/mitad vegetal |
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Nueva habilidad |
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