Una vez los Ángeles Oscuros
desaparecieron sin dejar rastro, los Lobos Espaciales recuperaron la semilla
genética de los hermanos caídos y se redesplegaron para asegurar las ruinas
arcatecnológicas de los alrededores de Ciudad Santuario.
Los avezados exploradores
lobo detectaron la columna de la Guardia Imperial avanzar hacia sus posiciones.
Se trataba de un cuerpo motorizado con elementos blindados, con la intención de
encontrar una zona segura donde atrincherarse y montar su base de operaciones.
Se dirigían directamente a una zona regada por un pequeño afluente que podría
abastecer a los sedientos guardias, alrededor del cual se desplegaron los
Lobos.
Los Leman Russ enemigos ya
apuntaban las bocas de sus cañones hacia los marines, mientras sus transportes
blindados intentaban tomar las construcciones principales. Inmediatamente Grimnar
descendió de los cielos sembrando la muerte entre los desdichados guardias
imperiales y defendiendo las ruinas él solo.
El Gran Lobo enfrentándose a decenas de enemigos |
Aunque la masa de guardias imperiales obligó a Grimnar a desalojar las ruinas, fue demasiado tarde para tomar las posiciones,
ya que los cazadores grises al mando del Sacerdote Rúnico Segimer habían
asegurado las ruinas destruyendo el flanco imperial.
Finalmente, rechazados por
los Lobos Espaciales y pudiendo ser totalmente aniquilados, la Guardia Imperial
tuvo que retirarse de nuevo hacia los Océanos de Fuego.
Suerte
con los dados
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