CORREO DE MORDHEIM: NÚMERO 1

Diario de Guerra

Fue la Compañía de Lansquenetes del Capitán Ziebler, venidos desde Altdorf, los primeros en entrar a la ciudad. Escondiéndose entre las ruinas rastreaban cada edificio en busca de enemigos o de fragmentos de piedra bruja. 

Los reiklandeses se internan en la ciudad

Atravesando una amplia avenida, desde el otro lado de unas chozas derruidas que prometían unas coronas adicionales, llegaron los sonidos de aullidos inhumanos y pies que se arrastraban.

y los no muertos se lanzan a su encuentro

Ante la aparición del enemigo, los hombres de Reikland tomaron posiciones para emboscar a sus enemigos no muertos.

Vesterlunz el cazarratas acecha a sus enemigos

Las flechas volaron clavándose en carne muerta sin conseguir detener a los servidores de Sylvania mientras los lobos espectrales hacían estragos con su ferocidad impíamente resucitada.

Los lobos espectrales se lanzan al asalto

derribando a múltiples soldados

Cuando la pelea callejera llegó al combate cuerpo a cuerpo, el capitán Ziegler y Vesterlunz el Cazarratas se vieron atrapados por una marea de enemigos. Aunque abatieron a uno de los lacayos del Noble de Silvania, no pudieron evitar sucumbir ante los necrófagos.

Pelea encarnizada que finalmente ganan los necrófagos

No pudiendo evitar el impulso de los no muertos, los reiklandeses se retiraron hacia su campamento. 

Pese a no poder contar con su Capitán y con su Campeón que quedaron convalecientes de sus viejas heridas de guerra, los reiklandeses volvieron a la ciudad en busca de botín. Sin embargo, la suerte no estuvo de su lado y fueron acorralados de nuevo por los No Muertos.

Sin la capacidad de liderazgo del Capitán Ziebler algunos de los soldados sucumbieron al miedo y fueron atrapados por los necrófagos. 

El miedo paraliza a este soldado que resulta herido

Los más acérrimos guerreros humanos siguieron el ejemplo de Xiryan Blackhalfmoon, el explorador elfo contratado por la banda, y se encaramaron en un edificio para presentar su última defensa.

Los reiklandeses y el elfo  derriban a múltiples enemigos desde las alturas

La precisión de las flechas lanzadas fue suficiente para disuadir a los atacantes, que se retiraron para no sufrir más bajas.

(Marcador total de la campaña: Reikland 1 - No Muertos 1)

Sucesos

Se desconoce la identidad del cadáver que los Lansquenetes de Altdorf hallaron en la ciudad con una daga clavada en la espalda. La daga sigue en posesión del Capitán Ziegler como pista para hallar a su último portador.

Necrológicas

Wilhem el Negro, natural de Stirland y sospechoso de practicar nigromancia. Muerto por una flecha en el corazón.

Andreas Mölls, doppelsoldner de los mercenarios de Reikland, devorado por necrófagos.

Dramatis Personae

La Hermandad de los Roehuesos, una manada de necrófagos que vaga por las calles de Mordheim se ha revelado como el mayor y más peligroso de los grupos de secuaces. No contentos con herir de gravedad al Capitán Ziebler y devorar a Andread Mölls, también se comieron tres dedos de la mano de Vesterlunz el cazarratas. 

Los Roehuesos, los secuaces más peligrosos de Mordheim

Sebastian, el más joven de todos los reiklandeses, ha demostrado tener un gran potencial sobreponiéndose a su miedo y usando su lanza con gran maestría. 

Sebastian, recluta de Reikland

El Horror Encapuchado, así es como se conoce a este despojo que sirve al Noble de Sylvania. Ha sido herido tantas veces que ha perdido sus facultades mentales y se dice que su rostro no es más que una masa irreconocible de lo que antes fuera un hombre. Por ello siempre se cubre la cara con una capucha trasformándose en una presencia aterradora.

El Horror Encapuchado cubre siempre su rostro

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